Este año 2022 ha comenzado con una situación de incertidumbre y tensión en la cadena de suministro, igual que ya venía ocurriendo en 2021. Pero ¿cuál es la situación exacta a día de hoy en el transporte terrestre? ¿Qué factores debemos tener en cuenta? ¿Qué podemos hacer para afrontar los retos que se nos presentan?
Lo cierto es que la cadena de suministro sigue tensionada por diferentes factores. Enumeramos los más importantes:
- Sigue habiendo falta de capacidad terrestre en el mercado europeo.
- La escasez de chóferes se mantiene y no hay solución a la vista: la edad media de los conductores es muy elevada, no hay relevo generacional, las condiciones laborales no son atractivas y es un trabajo con muy poco reconocimiento social.
- La escasez de materias primas. La escasez de materias primas afecta a la producción de la empresas. Éstas, queriendo garantizar el servicio a sus clientes, acaban contribuyendo a que se forme un estrecho cuello de botella que impacta de lleno en la cadena de suministro. Como consecuencia, las planificaciones a largo plazo y los tenders anuales son más difíciles de cumplir.
El año 2022 se presenta plagado de incertidumbre y dificultades en el transporte terrestre, lo que redundará en un incremento de costes.
Transporte terrestre a Europa del Este
El equilibrio import/export se han roto y las operativas de las empresas de transporte se han visto afectadas. Por lo que respecta a Europa del Este y sus flotas (destino en el que IFW lleva trabajando décadas), durante estos meses hemos presenciado movimientos de venta de PYMES de transporte pequeñas a otras empresas más grandes. Esto impactando directamente en los costes. Al mismo tiempo, el precio del petróleo sigue subiendo, al igual que el del gasoil. Además, para las empresas que colaboramos con flotistas de países del Este, el zloty polaco y la corona checa se han apreciado con respecto al Euro.
Como añadido, este mes de febrero entra en vigor el pack de movilidad de la EU. Afecta a salarios y descansos de los chóferes profesionales, a los tiempos tras los que los camiones tienen que volver a sus bases de origen o a la limitación de cabotaje. Esto va a provocar también un incremento de costes y que las empresas tengan que adaptar sus estructuras y operativas.
Las empresas de transporte reorganizan sus rutas buscando rutas más cortas. Esto afecta más a países como España y Portugal, con más riesgos de que haya desabastecimiento de camiones. La situación actual requiere de más flexibilidad y reactividad, tanto de los cargadores como de los transportistas para adaptarse a estas circunstancias.
Algunas herramientas para afrontar la situación
La tecnología y la digitalización son clave para mejorar la situación. En este sentido, implantar un e-CMR o sistemas de geolocalización puede ofrecer una mayor visibilidad, así como reducir los tiempos de espera y los kilómetros en vacío. Otro factor que puede mejorar la capacidad y eficiencia pasa por obtener más cargas de importación para tener rutas cerradas Import/Export. Por último, es conveniente incluir en el set logístico de cualquier organización alternativas complementarias al transporte terrestre, como el short sea shipping y el tren.
Este año 2022 viene lleno de incertidumbre y dificultades en el transporte terrestre: esto se traducirá en un inevitable incremento de costes. Necesitaremos que todos los actores de la cadena de suministro colaboremos y mantengamos una comunicación más clara, planifiquemos mejor nuestras operativas y seamos flexibles ante las diferentes situaciones que se planteen.